NEW BRUNSWICK, NJ—El 6 de Abril, la comisión de los gobernadores de la Universidad de Rutgers discretamente pasaron un nuevo código que dice que cualquier actividad estudiantil que desordene “las actividades universitarias, las clases, las funciones administrativas, o los tratos oficiales de la Universidad” serán ofensas bajo el nuevo “Código de conducta estudiantil” de la universidad.

El nuevo código es una revisión del tal llamado “código de desórdenes” que ha existido desde el 1974, según el presidente Bob Barchi.

Aunque Barchi y la comisión poderosa dicen que el código abre nuevas oportunidades para un campus más seguro, muchos estudiantes y profesores dicen que se presenta el potencial para limitar el activismo de los estudiantes.

No es claro exactamente qué es lo que provocó el cambio de código, pero los estudiantes activistas argumentan que las protestas en la cual han participado en el último año podrían ser la razón por la cual serán castigados en la nueva versión, y que la universidad ya ha demostrado un desprecio por el activismo en ciertos casos.
 

Christopher DiStasio, un miembro del grupo Rutgers’ United Students Against Sweatshops (USAS) o “Estudiantes de Rutgers contra las fábricas donde se explotan los trabajadores”, dijo “[Barchi] no quiere que los estudiantes tengan el poder de hacer campañas de acción directa para cambiar lo que él quiere que se mantenga igual.”

“Cuando [USAS] le entregó una carta cerca del principio de nuestra campaña Fight for 15, o “Pelea por el sueldo minimo de $15”, él nos dijo que estaba muy ocupado en el desempeño de su función,” dijo DiStasio.

Dos meses más tarde, en la próxima reunión del comité, los estudiantes y la facultad se registraron para hablar contra el código, algo que provocó una serie de defensas de Barchi.

“Nos sentimos que [el viejo código] era demasiado general,” dijo Barchi, y agregó que el código viejo no dió una “clara cadena jerárquica.”

Bajo la nueva versión, el Presidente de la Universidad o el Primer Vicepresidente de asuntos académicos, ya tiene la habilidad de “declarar que una actividad en particular sea disruptiva.”

El código original dice que “crear desorden en un evento planeado” es una ofensa, mientras que la nueva versión dice que “liderar o incitar a otros a crear desorden” a un evento planeado es una ofensa, y también especifica que “infringir sobre los derechos de otros” es una ofensa.

La comisión de gobernadores parece cómoda limitando la acción de los estudiantes aunque no demandan de sus propios empleados el mismo nivel de contabilidad, ni parecen preocupados con los empleados interfiriendo con los derechos de los estudiantes.
 

En el julio de 2016, un estudiante activista de Rutgers fue maltratado por Rosario Sciortino, una electricista de la Universidad de Rutgers, durante una sesión con el comité de gobernadores sobre un incremento de la matrícula. El comité decidió a entrar a una “sesión cerrada,” cuando un estudiante activista tomó un encuadernador de la mesa del comité.

La electricista procedió a perseguir el estudiante antes de agarrarlo y tomarlo por el cuello con su brazo.

La policía investigó el incidente pero no presentó cargos criminales en el caso.

La electricista todavía sigue como empleada de la Universidad de Rutgers, y estuvo presente cuando el comité se sintió el rechazo de la comunidad sobre el nuevo código por la primera vez.
 

Los empleados no están atados al Código de conducta estudiantil, pero es casi seguro que si un estudiante trataría a un empleado de la universidad en la misma manera, estarían castigados bajo el nuevo código, y varios otros.

El nuevo código declara que cualquier “individuo o grupo” que se involucre en cualquiera de los siguientes comportamientos que “interfieren intencionalmente o imprudentemente con la operación de la Universidad o los derechos de los demás” ahora están prohibidos:
 

  1. obstruir el tráfico de los vehículos, las bicicletas, los peatones, u otro trafico;
  2. obstruir las entradas o salidas de los edificios o los caminos de entrada de los vehículos;
  3.  interferir con las actividades educativas dentro o fuera de cualquier edificio;
  4.  Hostigar a los pasadores;
  5. interferir con o impedir que un orador que este planificado sea oído;
  6.  interferir con una ceremonia o evento planeado por la Universidad;
  7.  dañar la propiedad, incluyendo los pastos, arbustos o árboles; o
  8.  involucrarse en cualquier otra actividad que interrumpa los asuntos de la Universidad o que infringe sobre los derechos de los demás.
     

Barchi citó varias demostraciones que ocurrieron sin incidente en las semanas después del pasar de nuevo código, incluyendo a una vela por las víctimas de la guerra en Siria, la marcha anual de Take Back the Night (o reclamar la noche), y una congregación del dia de los obreros en apoyo de la estudiante indocumentada Carimer Andújar.

Solo segundos después de que Barchi dio esos ejemplos, Andújar tomó el micrófono para mostrarse en desacuerdo con la primer prohibición en la lista: obstruir el tráfico.
 

“Si se acuerdan, durante la marcha #NoBanNoWall (#NoExpulsoNoMuro), la cual yo ayudé organizar, fue una gran obstrucción de todo tipo de tráfico porque estuvo en la acera tanto como la calle, simplemente por la participación masiva que teníamos,” dijo Andújar.

La marcha llamó la atención de más de 1,000 personas al edificio Brower en College Ave antes de que el grupo marchó alrededor de New Brunswick, obligando la policía a cerrar las calles al tráfico vehicular.

Andújar dijo que sentía temor de que el código no sería uniformemente aplicado a todas las demostraciones y acciones.

David Hughes, el líder del sindicato de la facultad, pidió el comité por la anulación del código, y dijo que las pasarelas peatonales y las calzadas son espacios públicos importantes que son “más que corredores de tránsito.”
 

“Este no es el tiempo correcto para esto. Ustedes, el comité, no está supuesto a politizar a Rutgers,” dijo Hughes. “Así que después de cinco meses seguidos de protestas contra la agenda de Trump, por parte de nuestros estudiantes y facultad, deciden fortalecer este código. Eso envía un mensaje impropio al estado y la nación.”

Otros estuvieron de acuerdo que era una acción equivocada de parte del comité cuando se considera el rol de la universidad en cuanto a los espacios públicos para el activismo y el “libre intercambio de ideas.”
 

“El hecho es que el código explícitamente y claramente prohíbe ciertos tipos de protestas, y lo prohíbe en un momento político cuando hay muchas protestas,” dijo el profesor Rob Scott.

Los comentarios del público empezaron un diálogo que eventualmente provocó a Sandy Steward, la nueva presidenta del comité de gobernadores, a decir que el comité “tomaría [a los comentarios] en consideración.”